“Un policía me puso”, narra el periodista Armando Gutiérrez Domínguez

 

Armando Gutiérrez Domínguez, al realzar una entrevista

CRONISTA

Estado de México.- “Una horda de jóvenes me golpeó azuzados por un policía estatal, quien dejó de lado cualquier protocolo”, recordó  Armando Gutiérrez Domínguez, periodista independiente en el Valle de México, quien había hecho unas tomas en un baldío donde se encontró el cuerpo sin vida de la pequeña Valeria “N”, extraviada unos días antes en el municipio de Melchor Ocampo.

Los hechos ocurrieron el pasado 15 de Octubre del 2018.  El agente de Seguridad Ciudadana “me comenzó a gritar  que yo no podía ingresar al sitio, al tiempo que me empieza a empujar”. Los hechos fueron observados por un joven que replicó las agresiones contra el reportero.

Ambos agresores le exigieron que borrara las imágenes. Como no lo hizo, argumentando que era su trabajo, más muchachos se sumaron a la agresión. “Fue una horda de jóvenes, quienes me golpearon a puñetazos, en el ojo y la ceja”, como llevaba lentes puestos, se los rompieron y le causaron una herida en la nariz y comenzó a sangrar.

Reconoce que el policía estatal “me puso”, como vulgarmente se dice, para que lo agredieran porque funcionarios y policías desconocen la verdadera labor de un periodista, por lo que “es necesario que se les capacite para que no obstaculicen nuestra labor”.

Asimismo, enfatizó que en el estado de México los presidentes municipales y funcionarios tienen un total desconocimiento del trabajo que hace un periodista,  no entienden el trabajo periodístico y por lo consiguiente los policías municipales no dejan a uno trabajar y obstaculizan la labor.

Sobre la existencia de una ley de protección a periodistas en el estado de México dijo que esta puede ser relativa, ya que conoce el caso de algunos colegas que “sacados” de sus lugares de origen, les dan una mediana protección y la agresión continúa contra ellos como en el caso de un colega en Acapulco, Guerrero, quien esstá bajo la protección del gobierno federal.

Se pronunció por “una ley bien establecida” y que se capacite a los funcionarios y alcaldes cuando entran en funciones, pues muchas veces no saben qué hace uno como periodista, cuál es el trabajo que hacemos, “los policías no nos dejan tomar videos ni fotos ni testimonios”,  ningún tipo de  evidencia periodística, no dan información y entorpecen la actividad.

Deben ser capacitados para que entiendan  el periodismo que hacemos porque la mayoría de los alcaldes, funcionarios y policías desconocen, uno pensaría que lo saben, pero no es así. Actualmente los agentes policíacos tienen la idea la errónea de que un periodista “es chayotero”.

“Para ellos (los agentes) el sinónimo de un periodista es chayotero, y ¡no!, no es así. Trabajamos, nos esforzamos, incluso a costa de nuestra integridad física y también ponemos en riesgo nuestra vida. Sólo nosotros y nuestras familias saben  el esfuerzo que hacemos para conseguir la información día a día”, expresó.

Pese a lo anterior, dice que esta actividad lo llena de satisfacción, no lo ve como un trabajo porque “me divierte, me entretiene y me da dinero”, aunque a veces “es poco” el recurso económico que logra obtener por su labor.

Es algo que disfruta, y le atrajo cuando trabajaba en una estación de radio como operador. “Todo empezó con una fotografía que me mostraron de un compañero periodista de Radio Red, en donde aparece con todo un equipo de reporteros uniformados y con sus micrófonos”.

Decidió ser periodista, pero para lograrlo sabía que tenía que prepararse, es por eso que ingresó al Centro de Capacitación de Radio y Televisión. Estudiando comenzó a reportear de manera independiente, lo que le ayudó a aprender más en la práctica.

“He incursionado en radio, televisión y ahora en medios digitales. Esta actividad es algo que me llena”, concluyó.